Había dos opciones para afrontar la globalización de los
mercados: gravar los productos del Tercer Mundo con aranceles equivalentes a
las cargas sociales del llamado Primer Mundo, logrando así una competencia leal
y que los obreros de países subdesarrollados tuvieran una vida digna. O
eliminar los derechos sociales del Primer Mundo para poder competir.
Nuestros gobernantes sometidos a los poderes económicos
fácticos han optado claramente por lo más rentable momentáneamente para ellos.
Así, se van eliminando los derechos sociales paulatinamente, pero lo han hecho
tan mal que al continuar las necesarias exigencias de calidad medioambiental y
seguridad, se impide competir con los países que no las tienen, y para un emprendedor
son necesarios 60.000 euros como mínimo y meses de proyectos y peritajes solo
para levantar por primera vez el cierre de una empresa.
¿En manos de quién estamos? ¿Se han parado un momento a
pensar que no puede haber trabajo para 20 millones de personas detrás de
ordenadores en multinacionales?—
PREGUNTAS
- ¿Cómo se logra una mejor calidad de vida para los obreros de países subdesarrollados?
- ¿Cómo se pueden eliminar los derechos sociales?
- ¿se ha cumplido de manera correcta la labor de nuestros gobernantes? ¿Por qué?
INVESTIGAR
- La globalización de los mercados
- Tercer mundo
- Primer mundo
Sharon Bejman
Rafael Martínez.
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