Los países emergentes están
reestructurando el panorama geopolítico, y hoy comienza su evento mediático más
visible: la cumbre de los BRICS.
La hegemonía
occidental llegó a su fin y ha comenzado una nueva etapa para las
civilizaciones mundiales. Este anuncio ha
sido pregonado desde hace una década por analistas que cada vez tienen más
argumentos para sustentar su posición. Estamos presenciando una redistribución
del poder político, financiero, industrial y demográfico, que es comparable con
la que aconteció a principios del siglo XVIII, cuando Europa consolidó su
política de expansión colonial. Hoy, sin embargo, los protagonistas de este
cambio son los países del hemisferio sur y de Asia que fueron colonias, o que
estuvieron sujetos a la dinámica imperialista.
En esta transformación hay una paradoja
interesante, y se trata del papel que ha desempeñado la globalización. Este fenómeno, que ha sido criticado
por muchos como una herramienta para el dominio de los países ricos sobre los
países pobres, ha terminado por convertirse en un arma certera de los países
emergentes para lograr el reequilibrio del poder en el panorama internacional.
Uno de los ejemplos más mediáticos de esta
transformación acontece hoy en Durban, Sudáfrica, con el inicio de la quinta
cumbre del grupo de los BRICS,
integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El acróstico fue ideado
por Jim O´Neill, analista de inversiones de Goldman Sachs, en el año 2001. Su
propuesta, que estaba dirigida a los inversionistas, fue retomada por los jefes
de Estado de estos países, y crearon una nueva institución multilateral, que
este año anunciará la creación de un banco que contrarreste al Banco Mundial.
Originalmente O´Neill habló de los países BRIC, sin
incluir la “S” final que representa a Sudáfrica. El país que hoy es el
anfitrión de la cumbre fue incluido en el 2011, luego de un intenso lobby
realizado por el gobierno de Jacob Zuma a Pekín.
Mientras que en
Europa la crisis económica ha sumido al continente en un crecimiento que oscila
entre las cifras negativas y las insignificantes, y en Estados Unidos el
gobierno de Barack Obama celebra cada mes ínfimos aumentos en los empleos
que crea el sector privado, las economías emergentes no dejan de
expandirse.
Las cifras
hablan por sí solas: el crecimiento del PIB para todos los países del G7
(Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón), juntos, fue de
3,9%. El de los países BRICS fue de 20,7%. El motor de este auge es la
globalización.
Los países asiáticos de los BRICS (India y China)
se han hecho con la producción de hardware y software de buena parte de las
compañías estadounidenses, como Apple, que aprovechan las ventajas que estos
países ofrecen para aumentar su rentabilidad, gracias a que allí el
trabajo obrero y calificado es más económico.
La apertura de Rusia al capitalismo transnacional
ha hecho de empresas como Rosneft gigantes del mercado energético. La compañía
petrolera BP, del Reino Unido, se ha mantenido a flote luego del desastre de la
plataforma Deepwater Horizon, en el Golfo de México, en gran parte gracias a
las empresas conjuntas que tiene con los rusos.
La exportación
de commodities agrícolas, y las exploraciones internacionales en petróleo y
carbón realizadas por empresas como Petrobras y Vale, dan cuenta de la veloz
expansión que tuvo Brasil hasta el año 2011 (en el 2012 su crecimiento fue de
tan sólo 1,3% del PIB).
Por último, Sudáfrica es un caso curioso. Su
economía es bastante más pequeña que la de los otros países BRICS, que es la
razón por la que Jim O´Neill ha criticado su inclusión en un acróstico que
diseñó con otros parámetros a los que aplicaron por los BRIC para aceptar su membrecía
al grupo. Entre los principales motivos para incluir a Sudáfrica se halla la
promesa de facilitar el acceso a los codiciados mercados y commodities del
continente africano.
A la cumbre en Durban asistirán delegaciones de
casi todos los países de África, que están ansiosos por beneficiarse de esta
nueva etapa de globalización protagonizada por las potencias emergentes. Brasil
y China, particularmente, tienen importantes intereses mineros, agrícolas y
comerciales en este continente. Brasil quiere replicar en Mozambique sus
estrategias de mega-agricultura y Vale tiene en el norte del país una de sus
minas más grandes de carbón. Alrededor del 16% del petróleo que importa China
proviene de Angola.
Pero esta
historia de éxito de los países emergentes dentro de la dinámica de la
globalización tiene aspectos menos amables, que serán
el tema de la próxima columna.
Preguntas:
1: ¿Sí la
globalización es la solución para los problemas económicos de los países como
podemos ver en la cumbre de los BRICS, porqué Colombia no hace un intento de
globalización?
2: ¿Si el
PIB de de los países de los BRICS fue de 20,7% y el de los países del G7 juntos
fue tan solo de 3,9%, porque los países de los BRICS no se consideran
potencias?
1: ¿Por
qué antes era tan criticada la globalización?
Por
investigar:
1: Qué
cosas exportan los países de la cumbre de los BRICS y a dónde los exportan
2: Cuáles
son los aspectos negativos de la globalización
3: Cuáles
son las causas por las que varios países europeos entraron en una crisis
económica
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¿Sudafrica ya hace parte del BRIC y se convirtio en BRICS o msigue siendo solo BRIC , sin Sudafrica?
ResponderEliminarEl articulo fue interesante y tambien explico bien el tema pero tengo una duda ¿ algún otro pais podría entrar en los BRICS?
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