GLOBALIZACIÓN
Es evidente que la globalización ha
incrementado notablemente el comercio mundial. Y nadie está en contra de ello. No obstante, lo
que resulta inconsecuente con sus enunciados a favor de los países pobres es
que ese crecimiento y sus efectos en el bienestar favorezcan mayormente a los países desarrollados y en
menor grado a los en vía de desarrollo. De lo que se trataría, entonces,
es de establecer una tendencia que reduzca -en lugar de ampliar- la brecha y con ello se haga
realidad el propósito de mejorar las condiciones de vida de los pueblos más
necesitados. De lograrse esto, es dable pensar en una aceptación política de la globalización
por parte de todos los pueblos del mundo. Esa es la gran tarea que
corresponde hacer a la comunidad internacional, es decir, a los países ricos y
pobres. Para esa tarea tendrán que jugar un papel importante de facilitadores
las transnacionales y los organismos de fomento como el Banco Mundial, Fondo
Monetario y Organización Mundial del Comercio, como principales actores y
promotores de la integración mundial.
Ellos de seguro entienden bien la tremenda
responsabilidad social que tienen con los pueblos del mundo, como quiera que en
sus manos van quedando de manera creciente los recursos productivos, naturales
y financieros, y las reglas del comercio mundial. La tarea es altamente compleja por los intereses
en juego; pero asimismo es
posible y ciertamente necesaria para garantizar una evolución mundial pacífica
y de beneficio para todos los habitantes del planeta.
Después de estudiar y analizar los diferentes
argumentos esgrimidos, particularmente a raíz de Seattle, pienso que para
lograr el cambio de la tendencia el debate tendrá que girar, entre otros, sobre
los siguientes considerandos: establecer para la conciliación de posiciones un
escenario de participación equitativa y realmente representativa de los países
que conforman la comunidad internacional; implantar unas políticas,
particularmente de parte de los países altamente desarrollados, de eliminación
progresiva de muchas injustas barreras paraarancelarias que impiden el acceso a
sus mercados de productos de los países pobres y también la reducción
progresiva de los costosísimos subsidios a su producción; identificar y
establecer mecanismos que estimulen a los sectores privados a incrementar la
inversión de capital y tecnología hacia los países pobres; capacitar los
recursos humanos para la puesta en marcha de proyectos productivos, rentables y
generadores de empleo, que incrementen el poder de compra de las sociedades en
desarrollo, fortaleciendo así sus mercados internos; concebir con la banca
internacional y los países que notoriamente inciden en las decisiones de ésta, fórmulas que garanticen el
acceso de los países necesitados a un crédito privilegiado; encontrar la manera
de evitar que el servicio de la deuda estrangule los presupuestos nacionales
destinados a los campos del bienestar como son salud, educación, seguridad
social, recreación, empleo, sin dejar de exigir disciplina, responsabilidad
administrativa y transparencia; concebir una política de cooperación de parte
de los países industrializados menos paternalista y más orientada hacia el
estímulo del trabajo, la iniciativa y capacidad productiva de las poblaciones
necesitadas.
En síntesis, conciliar las posiciones entre
naciones donde hasta ahora no se percibe plenamente los beneficios de la
globalización y las ricas que usufructúan en gran parte estos beneficios,
resultaría un hecho trascendental para la solidaridad de los pueblos del mundo
con la evolución económica y social actual y futura. Es claro que para ello se
necesita, en primer lugar, demostrar
y convencer a los opositores de los países necesitados, que ven
distanciarse cada vez más su nivel de vida con el de los pueblos de países
avanzados, que con esos ajustes significativos la globalización, más pronto que
tarde, beneficiará a todos. Y
a los defensores hacerles ver que para el mantenimiento de la globalización,
sin oposición política traumatizante, es indispensable transar para que la
tendencia se invierta a favor de los pobres hasta lograr una nivelación
económica y social aceptable para la masa de población del mundo.
PREGUNTAS:
¿Cómo hacen las
personas a favor de la globalización para
"vender" o hacerle publicidad a la idea de globalización?
Si "NADIE" está en contra de la globalización, ¿Para qué
demostrar y convencer a los OPOSITORES de los países mas
necesitados?
¿Cómo se puede lograr que los defensores vean que para
el mantenimiento de la globalización, es indispensable
transar para que la tendencia se invierta a favor de los
pobres hasta lograr una nivelación económica y social
aceptable para la masa de población del mundo?
"vender" o hacerle publicidad a la idea de globalización?
Si "NADIE" está en contra de la globalización, ¿Para qué
demostrar y convencer a los OPOSITORES de los países mas
necesitados?
¿Cómo se puede lograr que los defensores vean que para
el mantenimiento de la globalización, es indispensable
transar para que la tendencia se invierta a favor de los
pobres hasta lograr una nivelación económica y social
aceptable para la masa de población del mundo?
Publicación
eltiempo.com
Sección
Editorial
– opinión
Fecha de publicación
5 de
abril de 2001
Autor
Roberto
Arenas Bonilla
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