Los hechos hablan por sí solos. Los chinos invierten en África y América Latina y prestan dinero a
los estadounidenses y europeos. El perfil urbano de Shanghái representa hoy la
modernidad y convierte al de Nueva York en un entrañable monumento del pasado
siglo. Los mayores rascacielos están en los emiratos árabes del golfo, y la
mayor industria cinematográfica, en India. Las informaciones y opiniones de las
cadenas televisivas Al Yazira (árabe), NDTV (india) y CCTV (china) llegan a más gente que las norteamericanas CNN y Fox y la británica BBC. El hombre más rico del planeta es el
mexicano Carlos Slim. La cultura pop
japonesa es casi tan pujante como la estadounidense. Turquía vuelve a tener más peso en los asuntos de Oriente Próximo que Europa...
¿Qué saldrá de todo esto? ¿Cuál será el mapamundi económico y
geopolítico de las próximas décadas? Puestos a aventurar, es razonable imaginar
que, de mantenerse las actuales tendencias, Estados Unidos, China e India serán
los principales señoríos de la Guerra de Tronos, los que
competirán en el que será su principal escenario: el asiático. Y tampoco es
descabellado predecir que, liderando sus respectivas regiones y con su cuota de
influencia global, Brasil, Sudáfrica, Turquía, los países árabes del golfo y Rusia serán relevantes en el
gran juego.
En cuanto a Europa, Reino Unido parece destinada a culminar su tendencia
a convertirse en una pintoresca provincia de Estados Unidos, y Alemania, a
convertirse en la cabeza de un pequeño club continental fuerte en lo financiero
y económico, pero no tanto en lo político y militar. Para los hispanos, el
premio de consolación es que serán un gran actor humano, lingüístico y cultural
en todas las Américas. A mediados de este siglo, constituirán un cuarto o hasta
un tercio de la población del territorio comprendido entre el Río Bravo y
Canadá, convirtiendo a Estados Unidos en un país bilingüe. De modo que la
latinidad estará presente en tres de las primeras economías del planeta
(Estados Unidos, Brasil y México).
Estados Unidos comenzó a angustiarse por su posible decadencia a finales
de los años setenta y comienzos de los ochenta, con Vietnam, Watergate, la
estanflación, la crisis de los rehenes de Teherán y la pujanza económica
japonesa. En 1984 Ronald Reagan le devolvió un optimismo que fue confirmado por
su triunfo en la guerra fría. Sin embargo, como escribió en 2008 el politólogo
Parag Khanna en The New York Times Magazine, “la era unipolar bajo hegemonía
norteamericana solo duró en realidad la década de los noventa”, los tiempos de
Bill Clinton. En el arranque del siglo XXI, con Georges W. Bush en la Casa
Blanca, el coloso dilapidó buena parte de su capital al arruinar sus finanzas
federales, lanzarse a la desastrosa aventura de Irak y convertirse en el
epicentro de la gran crisis financiera mundial.
Hacia 2005-2006, con Estados Unidos empantanado en Irak, ya empezó a
hablarse en todas partes del mundo multipolar que surgía tras el breve
intervalo de monólogo norteamericano. En 2008, el periodista de Newsweek Fareed
Zakaria publicó un libro, The
post-American world (El mundo después de USA, en su edición española), donde lo
daba por hecho. La mundialización no iba a ser americanización.
PREGUNTAS:
-¿Qué pasara con los países subdesarrollados?
-¿Cómo esto influye en la educación?
-¿Esto va a aportar más pobreza en el mundo?
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MEYER KATZ
8º GRADO 2 DE SEPTIEMBRE DE 2012
autor: JAVIER VALENZUELA
Querido compañero, entiendo que el autor nos quiere decir acá las potencias mundiales y cuales son sus respectivos campos.¿Pero en realidad los campos como el de los rascacielos en los emiratos árabes del golfo tienen mucho que ver con la globalización?
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